El Proyecto

Construye

tu propia ciudad, participando en un juego constructivo potencialmente infinito.

Inventa

casas, teatros, museos, aeropuertos, escuelas, parques de atracciones… con piezas simples de juego, la imaginación y las habilidades manuales se puede crear cualquier cosa!

Socializa

la ciudad es el lugar donde se generan las relaciones. Cada habitante tiene un vecino a quien conocer y con quien puede iniciar un camino constructivo común.

Construcción

La città infinita es una performance de juego constructivo que utiliza residuos industriales para crear y recrear espacios urbanos.
Los «ladrillos» para construir la ciudad son objetos de madera pulidos y agradables al tacto, de muchas formas y tamaños. Con estas piezas de juego y la creatividad de los niños es posible diseñar de todo: sus casas, grandes obras públicas y sobre todo carreteras que conectan a los participantes, permitiendo el encuentro y el intercambio de ideas entre todos, dando vida a un juego potencialmente infinito.
La amplia variedad de piezas tiene un papel importante en el juego constructivo, aumentando el potencial de encajes y combinaciones posibles, alimentando la fantasía y la imaginación en el diseño de la ciudad.
Utilizando el lenguaje universal de la creatividad y las habilidades manuales, cada grupo de participantes modela su propia città infinita, desarrollando un proyecto único e irrepetible.

Cooperación

La città infinita es una performance participativa, un trabajo colectivo que adopta su forma dinámicamente a través de la cooperación entre todos los participantes: niños, jóvenes y adultos colaboran juntos para construir una ciudad, de acuerdo con las aspiraciones y las habilidades de cada uno.
La interacción de los adultos con los niños genera sinergias muy emocionantes: la creatividad de los niños apoyada por las habilidades de los adultos puede resultar en proyectos de arquitectura e instalaciones artísticas de gran impacto visual.
La città infinita es una nueva manera de vivir las cosas y de relacionarse con los demás, una propuesta innovadora para planificar juntos un camino común, sin interesarse por el resultado final, confiando en la intuición y en la capacidad de cada uno de involucrarse y entrar dentro de un juego sin fin.

Sostenibilidad

La città infinita es un evento sostenible. Los materiales constructivos puestos a disposición de los participantes son, exclusivamente, residuos industriales. Residuos especiales, semi-trabajados y productos semi-acabados, poco condicionados a usos y significados anteriores y que se ofrecen a la libre interpretación de los participantes del juego.
Los materiales que han perdido su valor comercial recuperan nuevos sentidos y nuevos valores en el contexto creativo y cultural de esta performance.
A través del juego un residuo se convierte en un recurso, encuentra nueva vida y nuevas funcionalidades. Los niños y jóvenes por naturaleza tienden a vivir la experiencia sin condicionamientos, contactan con los objetos de manera empática y emocional, y transforman su sentido dándole uno nuevo, el que ellos mismos quieran sugerir.
Un espacio de juego sencillo que puede enseñar, especialmente a las nuevas generaciones otra forma de cuidar el medio ambiente y de construir el futuro.
Porque es gracias a ellos que puede continuar una verdadera trasformación de la sociedad en la que vivimos.

El inicio del juego

El trabajo creativo empieza con una introducción sobre el juego.

  • La construcción de la ciudad empieza a partir del lugar más íntimo y familiar: la casa. De esta manera, los participantes empiezan a descubrir las piezas del juego y a vivir la ciudad. Para construir la propia casa se puede elegir un número determinado de piezas. Esta norma facilita la fase de exploración de los materiales y dirige, especialmente a los niños, a una selección de las piezas más atenta y profunda.
  • Se sugiere entonces que, a través de carreteras, puentes, túneles y autopistas, los habitantes de la ciudad pueden encontrarse, creando un camino que los une. Cada uno tiene un vecino que conocer, con el que comparte un territorio y con el que puede empezar a diseñar un camino constructivo común. Juntos pueden decidir qué obras públicas construir, una arquitectura al servicio de todos: un parque, un cine, un teatro, una escuela, un hospital… utilizando todo el material que necesiten.
    En esta etapa del juego, la ciudad se convierte en un lugar de relaciones, de intercambio y de diálogo. El valor de la cooperación comienza a circular, a vibrar, transformando poco a poco el alma de la ciudad y de sus habitantes.

En todas las città infinita realizadas nunca ha existido la necesidad de tener que representar a personajes, ya que la ciudad se compone de construcciones y no de personas; los verdaderos habitantes son las personas que la construyen.

El espacio escénico

El espacio escénico es simple, básico, pero su impacto visual es muy fuerte. El espacio de juego de la performance está delimitado por el material constructivo. De 500 a 1000 kg de «ladrillos» pequeños, colocados dentro de contenedores alineados alrededor de la superficie constructiva.
Un elemento esencial de la performance son las “luces de la ciudad»: una manguera de luces LED muy larga que se desarrolla a través de la superficie de juego, formando curvas suaves y dotando al espacio una atmósfera cálida. Para permitir un impacto visual más fuerte de estas luces, el espacio está parcialmente oscurecido.
En las paredes del espacio se proyectan nubes en movimiento continuo que simbolizan el cielo infinito de la ciudad.
El ambiente de la performance está enriquecido con un acompañamiento musical que aísla de los ruidos exteriores, facilita la concentración de los participantes e invita al ritmo.
Todos estos elementos estéticos contribuyen a crear un ambiente relajado, constructivo y que muchos niños definen como mágico.

Historia

Desde 2008, la città infinita ha construido cientos de ciudades, cada una con su propia identidad. Durante las diversas etapas, la performance ha ido transformando personas y espacios gracias a los valores que trabaja y a las experiencias positivas que genera. Ha entrado en museos, escuelas, participado en festivales y proyectos europeos, pero sobre todo ha hecho construir y cooperar a miles de familias, de niños y de jóvenes.
El primer núcleo de la città infinita nace en Italia de las manos de su creador, Mao Fusina. La performance ya ha viajado a lugares de prestigio como la Triennale y el Museo del ‘900 (Milán), el Bimpa (museo de los niños de Palermo), el Festival della Creatività (Florencia), el Festival Tocatì (Verona) y sigue viajando.
En 2014, la performance se extiende y llega a España gracias al trabajo de Roberta Genova. La città infinita ha empezado a circular y construir relaciones en la provincia de Barcelona, haciendo jugar a cientos de niños y sus familias, difundiendo sus principios y valores incluso en escuelas y universidades. La città infinita sigue creciendo con el deseo de conocer nuevos territorios y nuevas personas con ganas de involucrarse para construir y difundir sus valores y principios.

Los valores y los principios educativos de la città infinita

  • La afirmación del derecho al juego.
  • La propuesta de la sostenibilidad a las nuevas generaciones a través de la utilización y reutilización de residuos industriales.
  • La reactivación de un diálogo colectivo sobre los temas de la ciudad y de la ciudadanía activa, solicitando particularmente la aportación de niños y jóvenes.
  • La participación manual, constructiva y emocional de todos: no hay una edad específica para jugar a la città infinita.
  • La promoción de los juegos constructivos y de cooperación, capaces de fomentar el diálogo y el intercambio de conocimientos y habilidades.